Un contraste notorio se manifiesta entre los pozos de Vaca Muerta y los bloques de Bolivia, reflejando un rendimiento de producción completamente dispar. Mientras Bolivia experimenta un declive constante, la aclamada formación shale de Argentina, Vaca Muerta, ha experimentado un asombroso crecimiento exponencial, acercándose rápidamente a generar el doble de gas que toda Bolivia.
Antes de adentrarnos en la comparación de los niveles de producción de ambos países, es importante aclarar que la producción boliviana se ha tomado en base al promedio anual, mientras que en el caso de Vaca Muerta se han considerado los valores de agosto de cada año. Esta particularidad se debe a las marcadas variaciones en la producción nacional de gas en sintonía con la demanda del país, la cual suele aumentar considerablemente durante los inviernos.
Hace una década, este panorama parecía inconcebible. En 2013, Bolivia producía 56.5 millones de metros cúbicos por día, mientras que Vaca Muerta apenas alcanzaba los 0.12 millones. Sin embargo, la producción de la formación shale de Neuquén comenzó a crecer gradualmente, llegando a 1.38 millones de metros cúbicos por día en 2014 y ascendiendo a 2.76 millones en 2015, para luego alcanzar los 3.42 millones en 2016. El hito se logró en 2017, cuando, gracias a la implementación de pozos horizontales a partir de 2016, la producción se disparó a 6.09 millones de metros cúbicos diarios.
Pero fue en 2018 cuando la producción de gas en Vaca Muerta experimentó un espectacular salto, llegando a 20.42 millones de metros cúbicos diarios, impulsado principalmente por el desarrollo del bloque Fortín de Piedra de Tecpetrol. Este crecimiento se consolidó gracias a la implementación de la Resolución 46, una iniciativa similar a los anteriores Planes Gas, que llevó la producción de Vaca Muerta hasta los 35.48 millones de metros cúbicos en 2019.
Mientras tanto, en Bolivia, la producción comenzó a declinar lentamente en esos años. En 2015, la producción fue de 60.3 millones de metros cúbicos por día, disminuyendo a 56.6 en 2016, 55.1 en 2017, 51.5 en 2018 y finalmente a 45.3 millones de metros cúbicos por día en 2019.
En 2020, durante el contexto de la pandemia, Vaca Muerta enfrentó las consecuencias de los recortes de beneficios de la Resolución 46 que se dieron en el año 2019, lo cual llevó a una única caída de producción en la formación shale, alcanzando un total de 32.19 millones de metros cúbicos.
En la producción de Bolivia también se experimentó un descenso, llegando a 43.3 millones de metros cúbicos por día en 2020, debido a la madurez de los pozos sin incorporación de nuevos desarrollos.
El año 2021 representó un punto de inflexión. Bolivia se esforzó por reacondicionar algunos de sus pozos, lo que permitió aumentar la producción a 44.9 millones de metros cúbicos, mientras que en Vaca Muerta ya se empezaban a vislumbrar los efectos del nuevo Plan Gas.Ar, lanzado en noviembre de 2020, que impulsó la producción a 43.54 millones de metros cúbicos diarios.
En 2022, la continuidad del Plan Gas potenció aún más la producción shale, alcanzando los 55.80 millones de metros cúbicos y, en el mes pasado, mayo, se registró un récord histórico de 62.62 millones de metros cúbicos.
En contraste, Bolivia continuó su declive, llegando a los 41.1 millones de metros cúbicos diarios el año pasado y sufriendo su peor balance con 33.6 millones de metros cúbicos en mayo pasado.
Se espera que en agosto, con la puesta en marcha del Gasoducto Néstor Kirchner, la producción de Vaca Muerta dé un nuevo salto, superando los 70 millones de metros cúbicos al día y duplicando ampliamente toda la producción boliviana.
Es relevante destacar esta situación y compararla con nuestro país hermano, Bolivia, considerando que históricamente ha sido el principal abastecedor de gas en Latinoamérica. Argentina, gracias a su capacidad de adaptación y desarrollo en el ámbito del gas, podría posicionarse como el sustituto de exportación de gas en la región. De esta manera, Argentina, que solía ser reconocida como el Granero del Mundo, se proyecta como una potencia gasífera destacada en el ámbito regional.
Ayer, el Día de la Lealtad Peronista se conmemoró con varios actos. Destacaron, por un lado, el acto del gobernador, quien, con un discurso directo, dejó en claro que no está interesado en disputas internas dentro del partido. Su única competencia, según afirmó, es contra las políticas de Javier Milei. Por otro lado, la vicepresidenta Victoria Villarruel homenajeó a Isabel Perón, la primera mujer en presidir la Argentina, buscando reparar un error histórico del movimiento, que había dejado en el olvido la figura de la exmandataria. Ambos hechos se vinculan con el complejo momento que atraviesa el peronismo, con Cristina Fernández de Kirchner intentando presidir una estructura que siempre despreció.
En la última sesión del Concejo Deliberante, se dio lectura a una carta presentada por la Prof. Claudia Echenique, repudiando de manera categórica los dichos y accionares de la concejal Patiño en la sesión por el boleto estudiantil. También se manifiesta que la misma no quiso ser leída por las autoridades del cuerpo, por lo que se tuvo que buscar otra alternativa para que salga a la luz.